Hay una canción...
Existe esa canción que pones en bucle, que te encanta pero no...
Hubo un día...
Existió un día en el que me machacó y en el fondo también me hizo despertar...
Hubo una persona...
Existió una persona que me dijo que me iba a matar y lo hizo, acabó conmigo, terminó con todo lo que en ese momento significaba ser yo...
Y esa canción, esa maldita canción lleva sonando desde entonces...
Desde ese día del principio del final, porque no fue el final ni mucho menos...
Muchos años...
Demasiados años...
Y sólo ahora que por fin vuelvo a reconocerme me doy cuenta de cuántos años han sido...
Esa canción... Esta, esta canción...
Esta que ha estado siempre para recordarme que yo ya no estaba, que mi yo había dejado de existir, que ya sólo quedaba el dolor, que la lucha era en vano, que me habían destrozado, me habían destruido, me habían ganado, y se reían de mi en mi cara...
Esta canción... Esta, esta canción...
Esta que ahora suena de repente, sin esperarla y me dice cosas totalmente distintas.
Esta que ahora me dice: ¿ves? ahí estabas... Ahora sí, ahora has salido por fin...
Ahora me dice que estaba equivocada, que nunca me fui, que no me quedó más remedio que protegerme y me hice pequeña, muy muy pequeña, tan pequeña que me escondí muy adentro y levanté mil barreras a mi alrededor y dejé de encontrarme...
Y ahora...
Ahora ya no hay nada que me pare, ahora SOY por encima de todas las cosas, ahora soy capaz de reconstruirme y hacerme grande, ahora...
Ahora que he salido, ya nada puede volver a encerrarme (ni pegarme, ni atarme, ni quemarme, ni atormentarme), porque con todos mis escudos me he hecho una escalera.
Y ahora... Ahora estoy en lo más alto.
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